Finalmente tras semanas de demora para cuadrar el preacuerdo, apareció el acuerdo firmado entre el Banco y los sindicatos CCOO, FITC y STS. Un acuerdo que legaliza definitivamente a precio de coste los horarios ilegales que se han venido realizando en Santander Personal y que incorpora, de manera no negociada, el pase al Banco de las personas provenientes de Santander Operaciones España cedidas ilegalmente.

Algunos sindicatos trataron de vendernos, confiando en nuestra ignorancia, la necesidad de abrir una mesa de negociación para mejorar las condiciones laborales de las personas que prestan sus servicios en Santander Personal. Desde CGT siempre hemos manifestado, como finalmente ha quedado demostrado, que ni los promotores, ni la finalidad de la mesa era realmente esa.

Lamentablemente como desde CGT esperábamos, el Banco se ha salido nuevamente con la suya, consiguiendo que los sindicatos CCOO, FITC y STS, prefiriendo regular lo ilegal, a defender su ilegalidad, le firmen el acuerdo soñado. Aquel que le permite sortear definitivamente las denuncias que ante la Inspección de Trabajo la CGT ha venido interponiendo, legalizando de una vez y sin ni siquiera fijar una compensación razonable, los horarios que impunemente se han venido realizando de manera ilegal Santander Personal desde su creación. Desde CGT creemos que la desregulación e implantación de horarios ad-hoc, amparados en una interpretación subjetiva y torticera por parte del Banco del artículo 27.4 del convenio colectivo de banca, es un error fatal irreversible.

El precio público, el otro no lo sabemos, aunque lo imaginamos, de la transacción es ridículo por no decir inexistente. Una supuesta tarde libre a la semana; anticipar media hora la salida los viernes, ambas medidas sin merma real en la jornada máxima anual, lo que revela su artificialidad; una subida de categoría, para una minoría de la plantilla, escalonada en el tiempo que se mimetiza prácticamente con lo ya estipulado en el convenio colectivo y nada más.

Todo ello a cambio de la implantación de horarios a gusto de la empresa que imposibilitan gravemente la conciliación de la vida laboral y familiar, sobre todo la de las personas que a fecha de hoy tienen reducción de jornada, que se verán obligadas para poder seguir conciliando a tener que reducir mayor número de horas, con la negativa repercusión que ello supone en su poder adquisitivo; la prolongación de una ya de por si larga jornada, no olvidemos colgados al teléfono, en media hora más diaria; la supresión de un plumazo de un mes de jornada de verano; la legalización de las guardias veraniegas intempestivas, y todo ello aderezado con medidas cosméticas ya implantadas, como el complemento digital o la ayuda alimentaria. ¿Dónde quedaron las supuestas propuestas de carrera profesional para toda la plantilla, las de salud laboral específica para este colectivo, entre otras? Evidentemente eran postureo de un sindicalismo que, desde hace demasiado tiempo, lejos de ser parte de la solución a los problemas que acucian a las plantillas, se han convertido en parte del problema por su inexplicable, o no tanto, complicidad con la empresa.

Además, no debemos olvidar y quizás haya quedado en un segundo interesado plano, que este acuerdo, habilita al Banco a trasladar a esta Unidad de manera obligatoria al personal de la red, cuya oficina sea cerrada y que no serán pocas tras el verano. Un traslado que supone una importantísima, y ya veremos sí asumible, modificación sustancial de sus condiciones de trabajo.

De todos y todas es conocido nuestro empeño para que las personas de Santander Operaciones España que prestaban, cedidas ilegalmente, sus servicios en Santander Personal hayan sido convertidas desde el primero de agosto en plantilla del Banco. Empeño certificado con la presentación, en solitario y no respaldada por ningún otro sindicato, de una demanda de conflicto colectivo por cesión ilegal ante la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional. Demanda todavía pendiente de juicio para octubre tras varias suspensiones. Unas solicitadas por el Banco y otras debidas a la pandemia.

Felizmente, el Banco, asumiendo completamente el contenido de nuestra demanda de cesión ilegal, ha decidido de manera unilateral y al margen de la mesa de negociación, ya que, de eso, a pesar de habérselo solicitado, nunca quiso hablar en la misma, convertir a toda la plantilla afectada en personal del Banco. Hecho este que refuerza nuestra posición y que hace que no retiremos la demanda.

Pero para nuestra sorpresa, esta decisión unilateral del Banco aparece recogida en el cuerpo del acuerdo, cuando ello no ha sido negociado por todas las partes presentes en la mesa. Es más, el segmento de particulares quedaba explícitamente fuera de lo acordado por expreso deseo del Banco. Una incorporación, por tanto, con la que se evidencia que los firmantes, muy pillos ellos, y de ahí el retraso en la firma del acuerdo, quieren hacer parecer que lo ahí indicado ha sido fruto de la negociación.

Más allá de esta ilegalidad, que demandaremos ante los tribunales por vulnerar nuestro derecho a la negociación, no parece razonable incorporar a estos compañeros y compañeras al Banco en unas condiciones dramáticamente distintas, en cuanto a horarios y carrera profesional, a las pactadas por los firmantes para el resto. Desde CGT no vamos a consentir que existan guetos y trabajadores y trabajadoras de segunda en este Banco, por mucho que el sindicalismo comparsa que impera en este banco lo acepte sin sonrojarse lo más mínimo.

Capítulo aparte nos merece lo impresentable y vergonzoso que supone la redacción del acuerdo en lo relativo a la sucesión de empresa. Una redacción interesadamente incorporada al acuerdo por el Banco en la que se realizan afirmaciones de parte claramente falsas, tendentes a tratar de desactivar en los juzgados la demanda de conflicto por cesión ilegal presentada por la CGT.

Pero más impresentable si cabe, y ya es difícil, es que los sindicatos firmantes superándose a sí mismos, lejos de respaldar la demanda, que de ganarse haría que las personas afectadas tuvieran derecho a cobrar atrasos de al menos un año, den carta de veracidad con su firma a las mentiras del Banco. Mentiras que este utilizará sin rubor alguno en sede judicial para desmontar nuestras argumentaciones de cesión ilegal.

Desde CGT, a pesar de que algunos sindicatos se esfuercen en tratar de ningunear nuestro trabajo, nos sentimos partícipes directos del logro que ha significado haber doblado el pulso al Banco, al conseguir que quienes han estado cedidos ilegalmente, por un mero ahorro de costes, sean ya personal de Banco Santander. Logro que no nos ha sido gratuito, ya que nos ha costado que la persona clave en la preparación de la demanda, haya sido despedida como represalia, usando para su justificación artimañas más dignas de la camorra napolitana que de un Banco que se precia de responsable.

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