El Banco, aprovechando el Black Friday y el exceso de demanda que ese día lleva aparejado, ha puesto encima de la mesa de negociación del actual procedimiento de despido colectivo una deplorable oferta de condiciones, que debería hacer reflexionar a la parte social sobre la necesidad de recurrir a medidas extraordinarias de acción sindical que reequilibren el escenario

Un procedimiento de despido colectivo para que tenga encaje legal tiene que estar motivado por causas económicas, técnicas, organizativas y/o productivas que puedan ser justificadas fehacientemente por la Empresa.

El presente procedimiento abierto por el Banco y por el cuál quiere despedir nuevamente al menos a 4.000 personas y externalizar a otras 1.000 a empresas de servicio del Grupo, pretende ser motivado por razones económicas, productivas y organizativas.

Antes de valorar las razones aducidas por el Banco, habría primeramente que enmarcarlas, según declaraciones del CEO de Santander España y de la propia Presidenta en una voluntad expresa de renunciar a crecer en España, desviando claramente los recursos a EEUU y América Latina. De ahí el plan de reducción de 1.000 millones de costes anuales previstos para los próximos años en lo que ahora denominan ONE EUROPE. Que no es otra cosa que la fusión en un solo banco de las filiales europeas (España, UK, Portugal y Polonia).

Y en ese plan de reducción voluntaria de costes se enmarca el presente proceso de despido, a nuestro modo de ver, no motivado por ninguna necesidad real, a pesar de lo que nos quieran tratar de vender, sino por voluntad expresa del Consejo de Administración. Partiendo de esa base, desde CGT entendemos que el procedimiento de despido colectivo debiera ser retirado de inmediato, al no existir razones reales que puedan justificarlo.

CGT hemos sido los únicos que hemos demandado información adicional a la facilitada inicialmente por la Empresa para demostrar con datos la imprudencia que supone este proceso de despidos pretendido. Hecho este catalogado por el Banco como una acto de mala fe. Lo que pone de manifiesto que, todo aquello que se escapa de su control y de su disciplina les incomoda sobre manera.

Causas aducidas

Hablar de pérdidas para justificar miles de despidos, cuando lo que supuestamente las generan son contabilizaciones ajenas a la actividad bancaria fruto de la ingeniería financiera, nos parece un atropello a la plantilla. Atropello más grave si cabe, cuando en la misma frase en donde hablan de esas pérdidas, hablan de miles de millones de beneficio. Beneficio generado, a pesar de su recurrente mención al escaso margen de intereses, que quieren a toda costa, a pesar de las recomendaciones del BCE, repartir entre los accionistas. (Recordemos que el 60% del capital está en manos únicamente de 900 de los más de 4 millones de accionistas de Banco Santander).

Otra de las palancas que la Empresa pone encima de la mesa para justificar la sobra de personal es la digitalización. Una digitalización acelerada por voluntad del Banco con medidas como el cierre de oficinas, el recorte de los horarios de caja, la desviación a cajeros, entre otras, que obviamente hacen que el número de operaciones, especialmente las de caja, realizadas en las oficinas se reduzca sensiblemente.

Finalmente se escudan en recomendaciones de los reguladores para tratar de convencernos de la necesidad de reducir la capacidad productiva instalada. Es decir, cerrar oficinas. Una reducción que traslada directamente a las oficinas, que finalmente concentran el negocio, una carga tremenda de trabajo a realizar prácticamente con la misma plantilla. Situación que es del todo insostenible para la salud de quienes tienen que dar el servicio a la clientela.

En resumidas cuentas, vuelven a tratar de motivar la pretendida destrucción masiva de empleo con las mismas razones utilizadas en procesos de despido anteriores. Lo que nos lleva a preguntarnos ¿Para qué sirvieron, si nuevamente son invocadas?. La respuesta es clara, únicamente para reducir costes salariales.

Nuestras Propuestas

Desde CGT hemos propuesto la retirada del procedimiento de despido, entendiendo que las oficinas que permanezcan abiertas deben ser dotadas de más recursos para garantizar una adecuada, tanto operativa como comercial, atención al cliente. No podemos olvidar que España es uno de los países que encabezan el ránking europeo de número de clientes por bancario. Brecha esta, que de mantenerse la pretensión del Banco, se va a incrementar de manera insoportable.

Igualmente apostamos, para absorber el supuesto excedente, por la internalización de tareas externalizadas. Tareas que se vienen haciendo por empresas de servicio y que deberían hacerse en el Banco, con personal del propio Banco.

Y si finalmente, aún así, se determinase un excedente de plantilla, habría que ir a un proceso voluntario de prejubilaciones clásicas a partir de determinada edad a cargo exclusivo de la cuenta de resultados del Banco, que no cargue al Estado, como viene siendo habitual en los últimos años, el pretendido ahorro de costes. Una carga que delata la nula Responsabilidad Social Corporativa del Grupo Santander y que supone a la ciudadanía, en un momento dramático como el que vivimos, un coste directo e indirecto de aproximadamente 320 millones de Euros.

Motivos

Llevamos unos años, desde el 2013, sumidos en un proceso de destrucción masiva de empleo constante e infinito. Un tiempo en que el número de despidos va in crescendo y a la par las condiciones de salida van decreciendo de manera alarmante en cada proceso, siendo las ofertadas por la Empresa en este último del todo inaceptables.

A este atropello hay que sumarle la desmedida e insostenible presión comercial que sufre a diario la plantilla, especialmente la de la red comercial. Presión que hace que muchos trabajadoras y trabajadores por razones mentales arrojen la toalla, viendo los procesos de despido colectivos como oportunidades para dejar una empresa que definitivamente les ha abandonado. Oportunidad que es aprovechada por el Banco para utilizando la ley de la oferta y la demanda, abaratar drásticamente las condiciones ofertadas.

Desde CGT creemos que es el momento de que todas las organizaciones sindicales presentes en la empresa asuman su responsabilidad con la defensa del empleo y de las condiciones laborales de la plantilla y se dejen de esconder tras excusas y falsas soflamas. Es por ello, por lo que hemos escrito a todas ellas proponiendoles la convocatoria urgente, de al menos, una jornada de huelga que, haga ver al Banco que con la plantilla ni se juega, ni se mercadea y que, reequilibre las fuerzas en la mesa de negociación. Es ahora o nunca.

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