Como indica el patrón de los €R€s, la tercera reunión siempre es para que los sindicatos presentes en la mesa de “negociación” nos lamentemos, sin más, de las malas condiciones “ofertadas” por el Banco en la segunda reunión.
Se repite el patrón por el que se rigen las llamadas, siendo benévolos, negociaciones de los procedimientos de despido colectivo planteados hasta la fecha por Banco Santander. Un patrón que dice que la tercera reunión solo vale para que unos sindicatos, nos mostremos en contra del proceso y otros, se muestren ya solo en contra de las condiciones “ofertadas” por el Banco en la segunda reunión.
Desde CGT entendemos que este proceso, al igual que otros, tiene dos partes bien diferenciadas que debieran tratarse en el siguiente orden y no en otro: 1) Definir las franjas de edad; fijar cuántas personas deben ser asignadas a cada una de ellas, entendiendo que a mayor edad, mayor afectación; fijar, como único criterio de afectación la voluntariedad real y no inducida y finalmente, cerrar los colectivos especialmente vulnerables para excluirlos del proceso 2) Negociar las condiciones de salida.
En esa reunión, desde CGT pusimos el foco en la primera de las partes anteriormente indicadas, por entender que mientras no se lleve a cabo el cierre consensuado de la misma, hablar de condiciones pervierte la negociación, al generar expectativas, que finalmente no puedan ser alcanzadas, en su caso, por las posibles personas afectadas.
Atendiendo a ello, propusimos la reducción del número de franjas de edad propuestas inicialmente por el Banco. Somos firmemente defensores de que sean las plantillas de mayor edad, por otro lado, con mejores condiciones de salida y con funciones mayormente operativas, y, por tanto, según los propios razonamientos del banco, más afectados en su día a día por el aumento de la digitalización, las que tengan que salir en este proceso, vía prejubilaciones clásicas.
Igualmente, para reducir el impacto en la destrucción de empleo, propusimos fórmulas utilizadas en el ERE del Popular, como la excedencia temporal remunerada, en la que una persona se puede acoger a ella, cobrando una cantidad reducida durante un determinado periodo de tiempo, en el que podría incluso encontrar trabajo en otra empresa y no tener necesidad de retornar lo que evitaría hoy en día un despido no deseado.
También, a demanda de los compañeros y compañeras con cartas de retorno, que a fecha de hoy prestan sus servicios en las denominadas factorías, demandamos a la Empresa que les facilitasen el retorno ad-hoc para poder prejubilarse en las mismas condiciones que el resto.
Desde CGT creemos que hay que añadir más personas a los colectivos especialmente vulnerables propuestos inicialmente por el banco. Por ello, pedimos excluir del proceso a: 1) todas las personas con discapacidades desde el 33%, este incluido. 2) al empleado o empleada cuyo cónyuge o pareja de hecho tenga desde ese porcentaje de discapacidad. 3) madres o padres que estén ahora de baja por maternidad o de permiso de paternidad o lo hayan estado en el último año. 4) personas con reducción de jornada por cuidado de familiares. 5) embarazadas.
Finalmente, con respecto a la propuesta de movilidad geográfica pretendida por el Banco, desde CGT entendemos que ya existe un acuerdo en la Empresa, que facilita movilidades adicionales a las establecidas en el convenio, de hasta 75 Km. Por tanto, pedimos que se retiren las demás medidas, entendiendo que estas, lejos de favorecer la minoración de los despidos, sirven, por experiencia, para justo todo lo contrario, precisamente para facilitar el despido.
Como marca el guion, una vez oídos los lamentos y las observaciones, el Banco reiteró su postura con sus argumentos habituales y en la próxima reunión, con total seguridad, de manera igualmente unilateral, presentará una subida moderada de su oferta inicial. El martes 4, nuevas condiciones.
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