Por si alguien no está al día, estamos inmersos en un ERE que va a despedir a 3223 personas y para ser más exactos en la fase en la que se está forzando a los menores de 50 años para que se vayan voluntariamente, bajo la coacción de que van a ser igualmente despedidos con menos indemnización caso de rechazar la «oferta».
A la par, para darnos la razón de la falta de motivación real para llevar a cabo el ERE, el Banco Santander lanza una campaña para reclutar nuevos trabajadores. Una campaña que demuestra que no sobra plantilla, sino que sobra aquella que no se ajusta a lo que el Banco requiere de ella. La conciliación de la vida laboral y familiar, la igualdad, los derechos humanos no son, al parecer, importantes para nuestra Presidenta, por mucho que se esfuerce en vender su feminismo. Al pelo le viene el dicho «dime de que presumes y te diré de lo que careces.
Y ante este terrible atropello tenemos el silencio cómplice de los sindicatos que con su firma le legalizan al Banco los despidos colectivos. Una ayuda inestimable que seguramente no impagable. Un silencio ensordecedor que les delata terriblemente.
No se puede estar despidiendo y a la vez contratando.
2 respuestas a Really, Ana