Lo bueno que tiene una herramienta de uso generalizado, es que el propio usuario puede valorar por si mismo, sí esta cumple o no con su finalidad. Por tanto, a partir del próximo 1 de junio la plantilla de Banco Santander tendrá la oportunidad de comprobar, sí el sistema de registro de jornada pactado entre la patronal y CCOO, UGT y STS impide o perpetúa, la prolongación ilegal de la jornada.
Tras años de pelea sindical, denuncias, demandas, sentencias judiciales, reales decretos ley y modificaciones del Estatuto de los Trabajadores que obligan al Banco a registrar la jornada laboral de toda su plantilla, el próximo 1 de junio quedará implantado un sistema de registro de jornada en Banco Santander.
Un sistema de registro, pactado a nivel sectorial entre la patronal bancaria AEB y sus sindicatos amiguetes CCOO, UGT y STS, basado en lo que podríamos denominar como “filosofía de la autodeclaración”, en la que será la propia persona trabajadora quien autodeclare cuál ha sido su jornada oficial de trabajo, así como el tiempo efectivo de la misma que ha dedicado a trabajar y no a mirar a las musarañas, pudiendo ser ambos datos ciertos o no. Un sistema diseñado para, supuestamente cumplir con la finalidad para lo que fue legislado y a la vez para que nada cambie y la gente pueda seguir, muy a su pesar y lo peor con su implícita participación, prolongando eternamente su jornada de trabajo.
No debemos olvidar que la finalidad de implantar un registro de jornada, según el legislador, no es la de controlar el tiempo de trabajo efectivo de las personas trabajadoras, que eso ya lo hacen las empresas sin necesidad de legislación, sino la de acabar con la lacra social que significa prolongar la jornada laboral más allá del horario pactado de prestación de servicios. Por tanto, aquél que no sirva para ese fin, es un sistema que no cumple con su función y por tanto ilegal.
Según la literalidad de la ley, artículo 34.9 del E.T. “La empresa garantizará el registro diario de jornada, que deberá incluir el horario concreto de inicio y finalización de la jornada de trabajo de cada persona trabajadora, sin perjuicio de la flexibilidad horaria que se establece en este artículo”, debiendo ser este registro indubitadamente: fiable, objetivo accesible e inmodificable.
Desde CGT entendemos que un sistema, donde la propia persona trabajadora puede autodeclarar: su hora de entrada y su hora de salida, sin ningún tipo de control que garantice su veracidad, ya que esta autodeclaración ni siquiera tiene que ser efectuada en tiempo real, amparada en una supuesta relación de mutua confianza entre las partes, no puede ser considerado ni fiable, ni objetivo y por esa misma razón debe ser anulado.
Además, el Banco va más allá de lo requerido por la ley, incluyendo un concepto que excede con mucho de la responsabilidad de la persona trabajadora y que es, la autodeclaración por parte de esta de cuánto tiempo ha trabajado efectivamente. Desde CGT tenemos claro que este parámetro incluido por el Banco no es baladí. Es más, es justo aquél que este necesita para cuadrar el círculo, ya que la persona trabajadora con autodeclarar inducidamente las horas efectivas de trabajo indicadas por la propia aplicación, para que no haya ningún despiste, amparará la prolongación, independientemente de la hora de entrada y la hora de salida marcadas, ya que estas quedarán en un discreto segundo plano.
Con esta finalidad ya están siendo aleccionados los mánagers, que ya han recibido desde Recursos Humanos las guías de cómo tiene que funcionar la herramienta. Unos mánagers que serán los encargados de vigilar, validar y en su caso, modificar lo registrado, y eso a pesar de la supuesta y evidentemente falsa, a la vista de los hechos, relación de mutua confianza en la que según los firmantes está basado el sistema. Un aleccionamiento cuyas directrices ya están trasladando de manera sibilina a sus subordinados, para que independientemente del horario realmente realizado, marquen como tiempo de trabajo efectivo, el que la propia herramienta indica.
A nadie se le escapa que la maquinaria de persuasión del Banco está muy engrasada y que, lamentablemente y muy a nuestro pesar, las personas trabajadoras acabarán sucumbiendo ante ella, continuando con la habitual prolongación de la jornada laboral, autodeclarando falsamente lo contrario. Un falseamiento que, llegado el caso, puede ser incluso, para más escarnio de estas, motivo de sanción laboral.
No solo hablamos desde la teoría, sino que también hablamos desde la experiencia que nos aporta un sistema de registro semejante, que lleva implantado desde hace ya meses en el BBVA y que está sirviendo, cosa que cualquiera podrá constatar hablando con su plantilla, para justo lo que estamos aquí denunciando.
Desde CGT en nuestra responsabilidad de defender los derechos de la clase trabajadora, ya estamos llevando a cabo las acciones necesarias para tumbar este fraudulento sistema, que expone innecesariamente a las personas trabajadoras y que caso de implantarse, que nadie nunca lo olvide, con la inestimable colaboración y complicidad de los sindicatos firmantes, perpetuará y blanqueará definitivamente las prolongaciones de jornada, quedando la legislación por la que tanto hemos luchado y que tanto nos ha costado conseguir en agua de borrajas.
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