ÓRDAGO DE LA PATRONAL AEB
Quién GANA y Quién PIERDE con el FIN de la ULTRACTIVIDAD
El pasado 21 de octubre se volvió a reunir la mesa de negociación del XXIV Convenio Colectivo para constatar nuevamente las posturas irreconciliables existentes entre las partes negociadoras y la negativa de la patronal bancaria a prorrogar una ultractividad que finaliza en seis días. Ahora pretenden que en ese ínfimo plazo se acuerde lo que no ha sido posible hacer durante veintidós meses, hasta el extremo de no haber llegado ni a un solo punto de entendimiento en todo ese tiempo. Toda una premura impuesta por la patronal AEB, y aceptada sumisamente por sus sindicatos de siempre, para utilizar el final de la ultractividad como medida de presión para conseguir un abusivo acuerdo ventajoso para sus empresas. Estrategia esta, que tan buen resultado le ha dado a la patronal de las Cajas con esos mismos sindicatos.
En comunicados anteriores ya hemos explicado qué significa y quién impuso la ultractividad de los convenios, pero también hemos de explicar quiénes ganan y quiénes pierden realmente con la finalización del Convenio de Banca para comprender el porqué de ciertas sumisiones.
Con la finalización de la ultractividad del convenio, éste decae. Es decir, desaparece. Esto a priori pudiera parecer de extrema gravedad, y así nos lo quieren hacer creer interesadamente esos sindicatos, para con esa excusa ir moderando su falso discurso beligerante, y finalmente, claudicar y FIRMAR las exigencias patronales.
En cambio, de cesar el convenio, las plantillas pasaremos a incorporar todo su contenido como parte de nuestro contrato de trabajo. Únicamente se verían supuestamente desvinculadas las nuevas incorporaciones, cosa que no parece que vayan a ser nada numerosas, dada la histórica y continua evolución negativa del empleo en el sector bancario, máxime con las previsibles futuras fusiones.
No parece por tanto que ese órdago de la patronal debiera servir para que CCOO, UGT y FINE aceptasen sumisamente las pretensiones retrógradas de la patronal. Justamente todo lo contrario, debiera ser más preocupante para las empresas, ya que esa desaparición sería un hándicap para estas, al no poder modificarnos ya NUNCA nuestras condiciones laborales colectivamente.
Entonces, por qué finalmente los citados sindicatos incurren en ese aparente error. La respuesta está en que, con la mera existencia del convenio, más allá de su cada vez más deteriorado contenido, los sindicatos firmantes del mismo se garantizan una ingente cantidad de liberados sindicales que les facilita la patronal. Prebenda esta, entre otras adicionales, que anteponen claramente a los intereses de las plantillas.
En resumen, los grandes perdedores con el fin de la ultractividad serían la patronal bancaria AEB y los sindicatos institucionales, y por esa razón no pueden permitir su vencimiento, a pesar de que nos lo quieran justificar, cada uno a su manera.
Que a nadie le quepa duda de que, desde CGT defendemos firmemente la prevalencia de los convenios colectivos ante la negociación individual, pero eso no significa que debamos tenerlo, pagando cualquier precio por ello. Por esa razón no vamos a caer en el órdago que propone tramposamente la patronal, no queriendo prorrogar la ultractividad como poco hasta fin de año, tal como desde CGT siempre hemos demandado. Un periodo de tiempo necesario, si realmente hay voluntad, para avanzar en las negociaciones sin presiones ni condicionamientos.
Nosotros no necesitamos, ni vivimos de las prebendas sindicales. Por ello, defenderemos sin sentirnos presionados por una falsa urgencia nuestras justas reivindicaciones en las distintas materias que presentamos en nuestra plataforma reivindicativa.
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